La llegada de la era digital, y gracias a ello la increíble accesibilidad -a demanda- de la información en la red, está generando nuevos cimbronazos que sólo los visionarios logran percibir. Y uno de los grandes cambios, sino el más importante ha sido el cómo nos comunicamos y su impacto en el cómo nos comportamos en las redes.

Webside manners

La empatía y la confianza son dos valores que cimientan las relaciones entre las personas; y a pesar del tiempo, siguen capitaneando nuestros vínculos. En un mundo convulsionado como en el que vivimos hoy, no sólo debido al contexto sanitario que sin dudas ha impactado en lo profundo de la economía y en el estilo de nuestras vidas, sino también por el cambio de paradigmas tan arraigados en nuestro inconsciente colectivo estos valores se han puesto a prueba en las redes.

La comunicación ha dejado de ser bidireccional para convertirse en multidireccional y de manera omnicanal; en otras palabras, nuestro mensaje antes llegaba al destinatario de manera directa y sencilla, fuere verbal o no verbal y hoy, llega a millones de receptores en cuestión de segundos y por medio de distintos canales y recursos. Un verdadero tsunami digital, que nos ha envuelto de golpe y casi sin previo aviso para algunos…

Hay que tener presente que la relación médico-paciente (RMP) se sustenta, no sólo en la empatía y en la confianza, sino en una muy buena comunicación entre el profesional de la salud y los pacientes. La comunicación es lo que permite que se transmita la empatía y se establezca la confianza.

Por ello, es tan desafiante salir del paradigma tradicional del modelo de atención presencial, cara a cara, para pasar a uno virtual, donde sigue siendo cara a cara pero a través de un monitor. En esta Nueva Normalidad, nuestro comportamiento y nuestra destreza se ponen a prueba porque, de pronto hay una cámara que nos está grabando y mediando en la comunicación. 

Muchos, tanto profesionales como pacientes, se intimidan ante la presencia de una cámara. No es fácil hablarle a la misma, manteniendo el contacto visual directo y encima tener que estar consultando las historias clínicas o estudios que van apareciendo al lado en otro monitor. El establecer una relación y sobretodo el aprender a examinar de manera remota, venciendo ese abismo que hay entre los dos, no es algo que nos enseñan en la facultad. Y por ello, estas situaciones generan incertidumbre, temor y hasta desconfianza lo cual imposibilita generar una buena RMP.

Hay que entrenarse…sí, como con cualquier cosa nueva…hay que aprender no sólo a hablarle a la cámara, a cómo vestirnos, sino incluso a cómo ambientar nuestro entorno, cuidar la acústica, el uso del micrófono, la privacidad, etc. Todos estos detalles, al estilo producción de videos, pasan a tener una relevancia tal que si no les prestamos la debida atención, podemos correr el riesgo de poner en peligro nuestra RMP!

Sí…ya no alcanza con creer que tenemos una vocación de servicio innata, que somos empáticos y que sabemos comunicarnos bien…hay que adquirir nuevas competencias y habilidades de comportamiento en las redes que no sólo nos potenciarán, sino que nos permitirán verdaderamente traspasar los monitores y “llegar a nuestro paciente cara a cara” en la red.


Foto de Giselle Ricur

Por:
Giselle Ricur